Resulta que hoy hay una sola persona a la que yo sería capaz de escribirle una carta y enviársela por correo. Porque, ¿cómo se escribe una carta hoy? ¿Que se le cuenta a una persona que tenga vigencia dentro de una semana, cuando con un mail la vigencia se reduce a unas horas, o un día, cuando con un mensaje de texto la vigencia es segundo a segundo? ¿Qué sentido tendría escribir sobre asuntos postergables y que están siempre? Si mañana también estará, no hay por qué comunicarlo hoy e inmediatamente.
Pero yo a ella le escribiría una y mil cartas y las pondría en el buzón, el comuncito, nada de cosas Express.
Es que hay una sola persona que no está esclavizada al celular que porta. A la que enviarle un mensaje funciona igual que enviarle un mail, sólo que es el modo de evitar olvidarlo luego. Porque posiblemente, te conteste mañana o pasado mañana el mensaje que le enviaste hoy. Porque funciona con otros tiempos, o mejor dicho, funciona con tiempos reales. Y el tiempo real no es en directo, es una pura vida en diferido. Porque ella apaga el celular si no quiere que suene, no lo pone en silencio. Porque no tiene miedo de perder comunicaciones, porque sabe que las comunicaciones de verdad se dan tarde o temprano. Así como sabía que los viajeros se vuelven a cruzar. Y esperaba pacientemente a que sucediera y ahí estaba cuando reaparecí en el horizonte. Porque me dijo sentí tu mensaje de reencuentro como un manotazo en busca de algo de luz o de paz.
Y ahí estamos todos, haciendos más largos y eufóricos nuestros abrazos de despedida, que nuestros abrazos cuando nos volvemos a encontrar. Pasamos un día con un amigo y al irse le damos un abrazo inmenso. A la semana siguiente cuando nos volvemos a ver, apenas nos saludamos. Eso debe ser el miedo a perder. Y ella vive al revés, ella te recibe con el abrazo más intenso y fuerte que pueda imaginarse. Y cuando te vas, basta que te de una palmadita en el hombro, porque sabe que volverás, tarde o temprano por ese nuevo abrazo de bienvenida.
Y lo mejor de todo es que sé que nunca terminará de saber lo que yo la admiro.
Es la clase de persona que NUNCA no se tiene ganas de ver.
Pero el cariño con ella funciona también así. Nunca hay apuro. Porque ella es siempre la misma ella, aunque no deje de crecer. Y no hay miedo de perderla, porque siempre seguirá estando.
¡¡¡Feliz medio cumpleaños, Flor!!!
La cruz
Hace 6 días
3 comentarios:
¡Sabía que era Flor!
Qué lindo.
¡Chizz, me dejaste sin palabras!
¿Qué puedo decir?
¡Gracias!
Estaba seguro que era Flor.
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