lunes, 4 de agosto de 2008

Crecer

¿Cómo se sabe si uno creció?
Releyendo.

Sé que hablo mucho de lo que leo últimamente, pero cuando no tengo nada que estudiar, mis ficciones son South Park, que no merece mayor comentario; Six Feet Under, que tampoco lo merece si no es con alguien que la vea; y libros.

Hace 5 años leí Crimen y Castigo. Tenía 17 años y una parte de mí soñaba con llevar una vida tan tormentosa como Raskolnikoff, desmayos, ataques de ira, realidades que no se sabe si se alucinan o son. Entendía de qué hablaba Raskolnikoff cuando hablaba de atreverse, de matar por ser alguien. Hace una semana terminé de leer por segunda vez Crimen y Castigo. Me dio pena, pobre Raskolnikoff. No entiendo cómo se sostiene tal tormento a lo largo de 350 páginas. Entendí lo que sentía desde alguna otra parte de mí, y ya no hubo sueños de imitarlo.

Hace 4 años leí Sobre Heroes y Tumbas. Tenía 18 años, como Alejandra, y me alucinaba ese aura de misterio e inaccesibilidad que la rodeaba. Ese muchacho que iba tras de sí como un perrito sin entender y justamente por eso. Quería ser Alejandra. Quería estar tan perturbada y ser tan esquiva como ella. El sarcasmo era mi mayor arma ante todo, y la apariencia indiferente me ocultaba como el mejor disfraz. Hace una semana empecé a leer nuevamente Sobre Héroes y Tumbas. No la tolero. No la envidio, ni lejos. No pude leer nunca más de 30 páginas seguidas, a pesar de ser un libro hermoso. Hoy decidí mantenerlo como lectura de viaje, porque es el máximo de tiempo que puedo sostener sin aborrecer al personaje. Yo ya no creo en eso, en ella, en nadie como ella.

Creciendo, aquellos que admiramos o envidiamos, se convierten en personas que nos dan compasión, más o menos tierna. Para mí, reencontrarme con los personajes de los libros siendo otra yo es como reencontrarme con mis padres y con mis hermanos mayores. Libres de la idea de perfección, su humanidad, como la de todos, me transmite exactamente eso, humanidad, ni mayor ni menor que la mía.

Y ya no intento escaparle a mi humanidad.
Y eso que sé que mi transparencia aburre. Y hasta asusta.
Está bien, eso me aleja de la pura diversión.
Porque cada vez que tuve a alguien importante enfrente, me miró y me dijo que una de las cosas que más le gustaba de mí era mi mirada transparente y sincera.

Ya no me divierte ser un enigma. Ni estar loca. Ni ser mala, ni bohemia. Ya no quiero ser como Rimbaud, ni como la Maga. Ya no tiene gracia hablar mal de mis padres. Ya volví a admirarlos.

El encanto de vivir sola es ese: vivir sola. Y ya no es: no vivir con mis papás. Trabajar es tener mi grata fuente de ingresos. Y ya no: no depender de mis papás.

Quizás, crecer venga a ser eso. Plantearse la vida desde unas cuantas negativas, y desde ahí empezar a construir de cero. Una especie de esto no, ¿entonces qué?
Entonces esto, que soy hoy, y de aquí en más.

Cuando encuentre un personaje afín a este momento de mi vida, les aviso.
Entretanto, sin personajes, yo contra el techo, mirándonos fijo, y por primera vez después de 6 meses hoy supe repentinamente que sí, que sí me voy a volver a enamorar.

Y con el mayor desvelo del año, a las 3 de la mañana, me despido, si es que llegaron hasta acá.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Cómo se sabe si uno creció?

Mmmh, a veces darnos cuenta de nuestro crecimiento es difícil. ¡Qué bueno que vos encontraste una forma! Yo debo tener muchos problemitas, porque se me vienen a la cabeza cada personajes... que mejor no sigo.

Seguramente quienes están a nuestro lado se dan cuenta más rápidamente de nuestro crecimiento. Ayer me pasó de escuchar a mi hermanita decirme "yo no quiero crecer". Al principio me asusté (¡y de qué forma!), pero pocos minutos más tarde me di cuenta que no había nada de qué temer. Ella dice eso, porque en realidad no se da cuenta que está creciendo a pasos agigantados. Y yo me siento tan orgullosa de ella...

Me gustó mucho este post.
A seguir creciendo se ha dicho!

Beso!

Margot dijo...

Cómo no voy a llegar hasta el final!

Chizz, este post me encantó, qué bueno que te desvelaste anoche. :)

Es como que va zigzagueando, va errando (no de error), pero por caminos muy muy buenos.

Un beso!

Anónimo dijo...

Puta que maduraste, pendeja!
Chizz, te declaro formalmente adulta. Como siempre, muchos sentimientos e ideas se repiten en mi propia experiencia subjetiva... pero para qué te las voy a contar!
Congratulations!