un día:
- vamos al casino el sábado a la tarde?
- no puedo, salgo con una chica
- bueno, pero a qué hora salís?
- a las dos de la tarde
- malísimo, vas al pelotero o al subibaja?
- jaja, sos un tarado
- y cómo se llama?
- eh, no, no importa cómo se llama
- dale, cómo se llama?
- eh… se llama igual que yo…
- chiz?
- jajajaja no! isabel!
quince días después:
ella: yo todavía no sé cómo nombrarte
yo: yo no te nombro, no es que pienso tu nombre y no lo digo, simplemente para mí no tenés nombre
ella: vos te das cuenta? es como un atentado a la lingüística… pobre Saussure...
yo: somos puro significado sin significante!
Con renovado afecto, Juan Filloy
Hace 1 día
3 comentarios:
A mí siempre me resultó raro en los comienzos nombrar al otro, hasta para adentro.
la bueno es que vos tenes un sobrenombre y ella no... menos confusión
En este momento que estoy en pareja, me es difícil decirle x su apodo...
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