domingo, 13 de julio de 2008

Visita 1

Crucé la puerta, corriendo, eran ya las 20.30 y quedaba sólo media hora de visita.
En cuestión de milisegundos, ya tenía dibujada la sonrisa y dijo: Yo sabía que no me ibas a fallar.

¡Claro que no!

Y en este proceso de re-conocimiento, le dije:

- Y le dijiste al médico que fumabas?
- Sí, le dije que fumé hasta los 32, y me preguntó cómo dejé y le dije es que fuimos a la consulta con mi señora y le dijeron que estaba embarazada y que no era bueno que nadie fumara cerca de ella, entonces ahí agarré el paquete de cigarrillos que tenía, lo tiré en el tacho del doctor, y desde entonces no volví a fumar.

Ese es mi papá. Parece.

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