jueves, 5 de junio de 2008

fondita

Me encanta entrar y sentarme.
Los mozos de años. Saber que estoy en un lugar en que venden soda en sifón, ya es otra cosa.
La carta tiene unas 10 opciones en total.
Me pido unos ñoquis y miro. Disfruto de mirar.
Y los clientes, que son siempre los mismos, entran y dicen a todos los que están comiendo: buen provecho. Y todos contestan: gracias.

Yo me quedo un poco aparte. Me siento (lugar y sentimiento) aparte.
Como si estuviera de visita en una gran familia, en la que pagan por comer, pero familia al fin.
El gustito a comida casera, la mesita de fórmica.
Y cuando pago, y me abrigo, el mozo dice "cuando quieras. estamos siempre activos". sonreí. me alegro mucho, le dije, y mientras abría la puerta dije a todos los que antes habían dicho buen provecho: "chau, buenas tardes".
Todos contestaron alegremente y uno hasta tiró un "chau, encantado".

Definitivamente, trabajar en Paternal es más lindo que trabajar en el Centro.

2 comentarios:

Margot dijo...

¡Qué lindo! ¿Y estaban ricos los ñoquis?

El riesgo de esos lugares es que si son así pero medio "secta", y te tratan mal, te quedás sin dónde comer.

Flor dijo...

pero a chizz la trataron bien, ja.