El problema

Para mí, la base de los problemas en las relaciones está en las canciones, novelas, frases y saberes populares sobre el amor.

Mi madre postiza me discutía el otro día: "yo creo que el amor, es amor a morir, y si no, nada".
Yo le contesté: "no creo, yo ya lo viví y sólo logré eso: morir. Y aún soy muy joven para morir"

Estoy cansada de escuchar como normal eso de te quiero al lado mío todos los días de mi vida, de aquí y para siempre, te extraño cada segundo que no estás, sin vos no soy nada, mi vida no tiene sentido, prefiero morir que perderte, sos todo, me moriré atrás tuyo, etc etc.

Flor (nubedeagua) me dijo un día que las novelas rosas hay que dejarlas ahí, y a la vida hay que vivirla desde el corazón y desde la mente.
Y mi corazón no quiere ser sensacionalista.
Y si mis pasos quieren darse con más cautela que si estuviera jugando al pan-queso, si cada dos pasos adelante doy uno atrás. Si pienso que esta es mi vida, y esto es todo lo que no tengo intenciones de perder, y sólo esta parte es la que tengo intenciones de ofrecer, ¿es egoísta? ¿es frío y calculador?.

No sé, sé que las canciones, las películas no me ayudan. El amor llega para todos ellos de una vez, con toda la intensidad, y para siempre.
Y yo prefiero creerle a Let: todas las parejas terminan.
Prefiero construir desde ahí, antes que ver a la persona que tengo al lado y pensar en las sillitas mecedoras y en los nietos.

Y buscaba entre mi música, y no. Y entre la música de otros, y no.
Y de repente, recordé. Y estuve (casi) totalmente de acuerdo:

Necesito alguien que me emparche un poco
y que limpie mi cabeza
que cocine guisos de madre,
postres de abuela
y torres de caramelo.
Y que ponga tachuelas en mis zapatos
para que me acuerde que voy caminando
y que cuelgue mi mente de una soga
hasta que se seque de problemas
y me lleve...
Y que este en mi cama viernes y domingo
para estar en su alma todos los demás
días de mi vida.
Y que me quiera cuando estoy,
cuando me voy, cuando me fui.
Y que sepa servir el té,
besarme después
y echar a reir.
Y que conozca las palabras
que jamás le voy a decir.
Y que no le importe mi ropa,
si total me voy a desvestir,
para amarla.