Sospecha II

Creo que es una forma un poco egocéntrica de ver el mundo, pero me da la sensación de que transformo los ambientes por los que paso.

Mi primera oficina era aburrida y silenciosa. Yo empecé a poner Kusturica. Instalamos una sala de desayuno y almuerzo en la sala de reuniones. Para cuando me fui, jugábamos a las cartas, dormíamos la siesta en la oficina, cualquiera atendía el teléfono de recepción, mis almuerzos duraban dos horas reloj, era más importante tomar mate que trabajar y cuando entraron a robar, yo, recepcionista, estaba durmiendo en la sala de reuniones. Salí con las manos en alto, descalza y con los pelos parados.

Esta oficina es llamada el serpentario. Todos hablan mal de todos. Había peleas entre alas (cada ala tiene 4 empleadas...). Hoy mi amiga me contaba esto. Parece que desde que llegamos y estamos una en cada ala, las cosas comenzaron a cambiar.
Instauré el mate-delivery y voy repartiendo mate a domicilio-escritorio.
Arrastramos en cuotas a la gente a comer a la placita de los borrachos.
Hoy la recepción se convirtió en un lugar donde se daban clases acerca del arrojado de banditas elásticas con puntería (aunque usaban frases mas soeces para referirse a mi aprendizaje)
El otro dia puse xuxa, y la gente bailó y aplaudió. La cortina de cronica tv, a homero cantando tara ra ra ra hey! Jugate conmigo y chiquititas.
Hoy pusimos Gloria Trevi, Pila pila, saca la mano antonio. Todas reían a carcajadas. ¿La música cambia a la gente? Para mañana, llevo "estoy saliendo con un chabón", de los sultanes. Y qué tendrá el petiso?.
Tiene que funcionar.
Tengo que seguir generando caos y risas y sonrisas por donde pase.
Debe ser como mi misión en el mundo.

Y después, esperar a que me echen... como le dijeron a papá en el colegio "tendría que usar su condición de líder para otra cosa: no nos gustaría que Isabel no pudiera terminar el colegio acá..."