un domingo, hoy

me desperté. eran las once de la mañana. se escuchaban gritos en el edificio.
hija de puta la concha de tu madre, no tengo monedas, la concha de tu madre, te odio, hija de puta
(esto más o menos repetido durante media hora porque nunca varían los insultos, con ruidos, golpes y de repente algo que cae por la ventana. me levanto a ver qué era. un reloj despertador estrellado contra el piso del patio interno. un psicoanalista quizás diría que se les acabó el tiempo, o que no quierenpueden despertar, quién sabe).

entonces me acordé.
un día, una noche, un viernes a las 4 de la mañana, estábamos discutiendo. o ella estaba discutiéndome. gritaba. me odiaba. si me hubiera pegado, probablemente me hubiera matado, así que se contuvo y descargó TODA su ira en un sólo movimiento. sentada en la cama, tiró todo su cuerpo a chocar la pared y su cabeza a chocar la ventana. lo logró. muy fuerte. no sé cómo no rompió la ventana. me gritó veinte segundos más. yo miraba con cara de asombro y descreímiento. y no pudo gritar más. se agarró la cabeza que ya empezaba a hincharse y empezó a llorar.
la llevé al hospital de clínicas, a la guardia, a las 4 de la mañana. sentada ahí, esperando y esperando, no podía creerlo. al fin nos llamaron, le hicieron una placa, etc. qué edad tenés. 17. bueno, tenemos que llamar a tu mamá, sabés, para avisar que viniste con un golpe en la cabeza y para que te venga a buscar. pero son las cinco de la mañana! bueno, te podés ir con ella (por mí) pero tenés que llamar a tu mamá adelante mío.

creo que nunca se lo conté a nadie.
pero estoy empezando a hacer la lista de cosas que hubiera jurado que nunca me pasarían en la vida. y esta, sin duda, está entre las primeras.