saltar

Hoy al mediodía fui a la plaza, donde está el árbol hermoso bajo el cual solía pasar tiempo, y dije ¿por qué seguir mirándolo desde abajo si puedo subir y ver la belleza desde adentro?. pero ¿puedo?. lo miré por todos sus lados y decidí el que parecía más accesible. después de algunos intentos, lo logré. estaba arriba. y era el árbol más cómodo en que subí nunca. y cuando llegué, encontré que en el árbol había muchas maderas de cajón de frutas clavadas por ahí, y hasta una cámara de bici para colgarse. Desde abajo, nunca había visto todo eso. Resultó ser un árbol de lo más habitable. Aunque costó subir. Y muchísimo más costó bajar - todo mi miedo a las alturas de golpe -, tengo en los brazos un par de raspones que me recuerdan el tiempo en que estuve feliz ahí arriba y me aseguran que puedo volver cuando quiera.

Hoy al mediodía descubrí que a veces las metáforas no son al revés.