Tenés que tomar guaraná, le dije a mi mamá adoptiva del trabajo.
Y le di dos pastillitas un mediodía, para que lo probara. Al día siguiente me dijo que se había sentido bien, que se compraría.
Hablé con mamá biológica y me dijo que estaba tan cansada, que no tenía fuerzas para nada. Comprate guaraná, le dije, yo estoy tomando y la verdad que se nota la diferencia. Bueno, me voy a fijar, me dijo, y no volvimos a hablar del tema.
Una semana después, a las 11 de la mañana mamá me mandó un mensaje de texto (el tercero en dos años, o sea, era importante) que decía: "Viva el guaraná!!!".
Increíble.
Lo egoístamente bueno de generar expansión es que puedo olvidarme de llevar el guaraná a donde vaya, y sé que alguien a mi lado, tendrá para prestarme.
sábado, 27 de septiembre de 2008
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3 comentarios:
Ni idea de esos caramelos. Pero la bebida guaraná bien fría en verano es super refrescante.
una V para dpertarse cada tanto, cuenta?
ay mujeres, nunca tomé bebida de guaraná. debería.
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