miércoles, 13 de agosto de 2008

Aprendiendo a ser viejo

Como si no alcanzara con mis experiencias de vida aleccionadoras, me anoté en "psicología de la tercera edad y vejez". Empecé a leer antes de cursar, de precavida nomás.
Estaba en San Pedro mirando el río correr y, leyendo, me encontré con:

“Como si caminando por la avenida Shaftesbury como un joven despreocupado, hubiese sido súbitamente raptado,introducido en un teatro y, maquillado con el pelo gris, con
arrugas y con otros atributos de la vejez hubiese sido forzado a salir al escenario. Detrás de la apariencia de viejo yo soy la misma persona, con los mismos pensamientos que cuando era joven”( carta del 6 de marzo de 1941) J.B. Priestley

Se lo leí a mamá. Con los ojos llorosos me dijo "ay, me puso la piel de gallina".
¡Cómo me gusta acercar mis pensamientos a realidades tan inabarcables!

4 comentarios:

Margot dijo...

Qué bien explicado! Eso debe ser lo peor de la vejez. Yo me imagino así. Me mentalizo desde ahora (aprendiendo a ser viejo, sí).

La Oveja dijo...

yo me niego rotundamente (call me Peter Pan)

Flor dijo...

Cada vejez es única. Yo me veo hoy, con esta edad y no puedo reconocer a la que tenía veinte.

Creo que la vejez con buena salud puede ser algo extraordinario. Pero para eso hay que haber vivido bien y tomado buenas decisiones.

Me parece interesante que estés estudiando esta materia. Creo que vas a aprender mucho. Y además, me enternece la respuesta de tu mamá.

Anónimo dijo...

se me hizo un nudo en la garganta. cuando falleció mi abuelo, nos dijo: "es increíble saber que mi mente vaya tan rápido, como también mis palabras, y mi cuerpo ya no me responda como quisieran mis deseos"